EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), al igual que sucede con muchos otros trastornos psiquiátricos y neurológicos, especialmente con aquellos que tienen inicio en la infancia y adolescencia, ha sido desarrollado y mejorado como constructo en los últimos 50-60 años de forma significativa. Así, desde que el DSM-II (American Psychiatric Association (APA), 1968) lo recogiera por primera vez como reacción hipercinética de la infancia hasta su definición actual en el DSM-5 (APA, 2013) y la CIE-11 (Organización Mundial de la Salud, 2019), como trastorno del neurodesarrollo, con criterios diferenciados para niños y para adultos o su definición, el constructo TDAH ha sido sometido a múltiples revisiones y mejoras, adaptándolo de manera más exacta y fiel al reflejo de lo que supone hoy en día el deterioro y la disfuncionalidad que provoca. Sin embargo, mucho queda por mejorar aún en la descripción de este trastorno, siendo el aspecto cognitivo quizás el menos desarrollado y pulido, todo y cuando a día de hoy existe la constatación de que incide, y mucho, en este aspecto tan vital de la persona y que lo hace ya desde edades muy tempranas. Tanto es así, que la evaluación neuropsicológica ya supone una herramienta imprescindible a utilizar en el diagnóstico y caracterización del TDAH, de manera que la producción científica en torno a este área ha experimentado un crecimiento exponencial en este inicio de siglo XXI.

Esta guía pretende describir y asentar los conocimientos actuales, así como procurar claves para la evaluación del TDAH, con el fin de facilitar al clínico su labor diagnóstica y evaluadora, consiguiendo así un perfil neuropsicológico que facilite y maximice la efectividad de la intervención con el objetivo de conseguir mejorar no sólo la vida del paciente y de su contexto cercano, sino maximizar su rendimiento cognitivo en todos los ámbitos de la vida.

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