TERAPIA VIRTUAL PARA SUPERAR EL MIEDO A LA RESONANCIA MAGNÉTICA
El estudio de imagen con resonancia magnética se usa para observar los órganos y las estructuras internas. Cada día millones de personas se someten a una resonancia magnética. Para la mayoría de las personas no supone ningún esfuerzo adicional realizar esta prueba, pero para personas que padecen temor a los espacios cerrados puede convertirse en una experiencia muy estresante. La última edición del Manual Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría DSM-5 (American Psychiatric Association, 2013) define la claustrofobia como el miedo a los espacios cerrados. Esta fobia origina un miedo irracional, asociado a la evitación de espacios cerrados o situaciones de asfixia y restricción de movimientos. Es común que las personas que padecen claustrofobia tengan miedo a las habitaciones pequeñas, sótanos, ascensores, etc. Cuando una persona, que padece esta fobia, anticipa o se encuentra en un espacio cerrado se dispara la reacción de alarma de nuestro organismo (ataque de ansiedad). Esta respuesta de nuestro organismo tiene sentido si nos enfrentáramos a un peligro real, nos ayudaría a escapar y ponernos a salvo de ese peligro. Pero cuando nos enfrentamos a un miedo irracional, como es el miedo a los espacios cerrados, esta respuesta de ansiedad genera una serie de síntomas físicos muy desagradables para la persona que los sufre. Estos síntomas pueden ser: taquicardia, temblores, opresión en el pecho, sudoración, respiración agitada, etc. Estos síntomas provocan la necesidad de escapar del lugar donde se encuentran.

Como podemos observar en la imagen, para poder realizar una resonancia magnética el paciente debe introducirse en un cilindro donde la sensación de espacio cerrado está presente. Hay que añadirle el ruido que genera esta máquina y la duración de la prueba. Todas estas características hacen que para un paciente que sufre claustrofobia sea muy difícil enfrentarse a esta situación. En algunos casos, se decide por realizar una resonancia magnética abierta, este tipo de resonancia hace que la preocupación y el agobio que sufre el paciente sea menor debido a la mayor amplitud disponible, pero este tipo de resonancia pierde precisión con respecto a la resonancia magnética cerrada.

Para poder superar el miedo a la resonancia magnética, desde ISANEP ofrecemos un protocolo de intervención psicológica. Este protocolo contiene terapia cognitiva conductual más exposición mediante realidad virtual. La realidad virtual nos permite generar un espacio tridimensional semejante a la situación real. En este caso, podemos visualizar desde los momentos previos a la realización de la prueba hasta su finalización. Nos permite graduar la exposición y controlar todas las variables presentes en la situación.
El grado de realismo de los escenarios propuestos para trabajar esta situación es muy alto, ayudando a que las personas tengan un nivel muy alto de inmersión y así poder trabajar como si estuviéramos en una sala de resonancia magnética real.
Previamente a la exposición mediante realidad virtual, el paciente trabajará junto al terapeuta las habilidades necesarias para manejar la ansiedad y así poder enfrentarse con confianza a la situación temida.
Este protocolo de intervención psicológica tiene muy buenos resultados, ayudando a una gran cantidad de pacientes a realizar la resonancia magnética cerrada.

Bibliografía:
American Psychiatric Association. (2013). DSM-5 Diagnostic Classification. In Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders.
https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596.x00diagnosticclassification