651 999 800 | 955 116 392 [email protected]

Decidir dar el paso de buscar psicólogo puede ser difícil pero, ¿sabes si realmente lo necesitas?

Imagínate que una persona cercana a ti, alguien que te importa bastante, te comenta que últimamente no se termina de sentir bien… tiene un cúmulo de situaciones estresantes o problemas que le hacen tener ansiedad o estar irascible continuamente, o simplemente, sin saber muy bien por qué, no está consiguiendo encontrarse tan a gusto y tranquilo como era antes, ha perdido motivación en las cosas del día a día y se encuentra un poco vacío.

¿Intentarías ayudarle? ¿Te preocuparías por él? ¿Le recomendarías que acuda a un profesional que pueda proporcionarle estrategias para afrontar esta situación?

¿Y si fueses tú mismo el que no se encuentra bien, te ayudarías? ¿O te quitarías importancia, diciéndote que ya se te pasará, y que no es para tanto? ¿Dudarías de si realmente lo necesitas o si mejor intentas ser capaz de gestionar tus problemas tú solo?

Con mucha frecuencia, dar el paso de pedir ayuda para uno mismo cuesta, pero el beneficio es tan grande que compensa esos primeros momentos de dudas y miedos. Es completamente normal que en uno mismo no veamos tan claros los síntomas de que algo no va bien, o que estamos desbordándonos… es solo cuando tocamos fondo cuando nos reconocemos a nosotros mismos que así no puedo seguir. Pero la realidad es que la terapia psicológica es mucho más breve y efectiva cuando se acude con los primeros síntomas de que algo no marcha bien, pues el paciente aún se encuentra fuerte para aprender y comenzar a aplicar las estrategias que reducirán y solucionarán sus problemas.

Aun así, no siempre es fácil detectar los síntomas en uno mismo, incluso cuando sabes que necesitas cambiar ciertas cosas, pero tomar la decisión de iniciar una terapia psicológica es muy difícil. Como hemos ejemplificado, nos resulta más fácil cuidar a los demás que a nosotros mismos, ¿verdad?

En este artículo queremos proporcionaros la información suficiente para que aprendáis a detectar los primeros síntomas que indican que necesitas ayuda de un profesional, sin que tengas que encontrarte en un momento límite o te hayas desbordado por completo.

¿Sabrías identificar por qué necesitas ir al psicólogo?

En general, cuando algo te preocupa, ya sea una conducta, una situación, un sentimiento que estés teniendo, o bien tienes algunas dificultades en algún ámbito de tu vida con las que no sabes cómo lidiar (síntomas de ansiedad, depresión, problemas de pareja, estrés, dificultad para autocontrolar ciertas emociones, cambios de humor, falta de apetito o comer por ansiedad, insomnio…). Sobre todo, si existe un problema que te sobrepasa, te limita, te impide vivir con el bienestar y la calidad de vida que necesitas.

Pero específicamente, podríamos decir que si presentas alguna de las siguientes indicaciones deberías consultar con un psicólogo:

  • Has intentado afrontar tus problemas psicológicos, has intentado cambiar cosas, pero no has conseguido mejorar o no sabes bien cómo hacerlo.
  • Hay situaciones o problemas actualmente que no estas sabiendo manejar o que simplemente no estás lo suficientemente bien como para gestionarlos adecuadamente, y se te van acumulando.
  • Sientes que vas acelerado, tu día a día se ha convertido en una vorágine de tareas pendientes, estrés y ansiedad. Frecuentemente sientes angustia, insomnio, agotamiento, etc. pero ni siquiera teniendo un rato para ti consigues encontrarte bien, pues tus pensamientos automáticos son negativos y extenuantes. Necesitas llevarlo todo bajo tu control.
  • Tienes con frecuencia sensación de nerviosismo, agitación o tensión, o sensación de peligro inminente, de pánico. Te cuesta concentrarte. Tienes algunos síntomas de ansiedad (ritmo cardiaco acelerado, mareos, respiración agitada o sensación de falta de aire, sudoración, temblores, cansancio o debilidad…). Te cuesta controlar las preocupaciones. Dolores de cabeza o de estómago también son muy típicos de las somatizaciones.
  • Tienes bucles y rumiaciones negativas en tu día a día, que te hacen tomarte las cosas de una forma dañina, sentir que el mundo y las personas son injustas, que nadie te tiene en cuenta, que por más que das no recibes lo mismo de los demás, que a ti todo te termina yendo mal… sueles pensar en modo pesimista para así “al menos estar prevenido si no sale bien”. Sientes que la felicidad es algo imposible de alcanzar.
  • Tienes una autoestima dañada, sientes que no vales lo suficiente, te comparas, te atacas con continuos pensamientos negativos sobre ti mismo machacándote cuando te equivocas, juzgándote por no hacer nada bien, por no servir para nada… y te afecta lo que los demás piensen, por lo que tiendes a evitar los conflictos y a acceder a lo que le guste a la mayoría.
  • No consigues poner tus límites. No consigues decir NO en la mayoría de las veces que deberías haberlo hecho. Y terminas retroalimentando que realmente no era para tanto, o que está bien ser bueno y ayudar a los demás, pero no estás permitiéndote mirar primero por ti.
  • Los problemas o las situaciones estresantes o negativas te están sobrepasando. Sientes que ya no consigues irlos controlando por ti mismo, no sabes qué más hacer, no terminas de solucionarlos y cada vez te sientes más desbordado.
  • Hay alguna cosa que limita tu vida, te hace no conseguir enfrentarte a algo, no conseguir abrirte del todo, no conseguir sentirte plenamente tranquilo en determinadas situaciones… en definitiva, hay algo que no te deja estar completamente bien y va limitándote, haciendo evitar ciertas situaciones.
  • Tienes algún tipo de miedo o fobia que te impide afrontar ciertas circunstancias y solo quieres evitar. Sientes que si te enfrentaras no sabrías controlar la situación y no serías capaz.
  • No terminas de encajar o de afianzar tus relaciones personales: familiares, de amistad o amorosas. Sientes que no consigues estabilizar tus vínculos, que tus relaciones siempre terminan mal o que las personas terminan por alejarse de ti.
  • No te gusta tu forma de actuar, y haces determinadas conductas o dices determinadas cosas que luego te hacen sentirte mal. Sientes que te faltan algunas estrategias o habilidades para tener una mejor gestión de ti mismo y de las situaciones a las que te enfrentas.
  • Tienes un gran dolor sin resolver, y que por mucho que pasa el tiempo no consigues terminar de superarlo. Sientes que la tristeza va cada vez afianzándose más en ti, y que el circulo vicioso negativo no frena. Por ejemplo, un caso de duelo por una pérdida (fallecimiento, ruptura amorosa, etc.).
  • Has perdido la motivación, la ilusión, e incluso la satisfacción que antes podías llegar a sentir. Es como si ahora las cosas ya no tuvieran la capacidad de hacerte disfrutar y sentirte alegre. Y esto cada vez te genera más apatía y desgana.
  • Buscas continuamente maneras de aislarte o evadirte de tus problemas (por ejemplo, puedes pasar horas con el móvil simplemente “matando el tiempo”, consumo de sustancias…).
  • Tus seres queridos te han manifestado su preocupación, no te ven igual, sienten que algo no va bien…

Si te identificas con alguno de estos indicadores, puedes tener la certeza: necesito ir a un psicólogo. El siguiente paso sería saber cuándo debes buscar esta ayuda.

¿Y cuándo sería el momento adecuado para buscar ayuda psicológica?

Como ya mencionábamos al principio, realmente lo ideal es acudir cuando has empezado a notar que algo no va bien, pero antes de que los problemas se afiancen y comiences a desbordarte, para evitar que te cueste aún más tiempo y esfuerzo salir de esta situación.

Sin embargo, no pasa nada si acudes cuando ya no puedes más, cuando has tocado fondo y sientes que ya no hay que hacer, porque por supuesto podremos ayudarte a encauzar todo y comenzar desde cero. De hecho, desde nuestra experiencia diaria sabemos que esto es lo que ocurre con más frecuencia.

Pero… ¿al psicólogo tengo que ir sólo cuando tengo un problema o dificultad, o podría también ayudarme a crecer como persona, ayudarme a lograr objetivos de mejora y mejorar la calidad de mis relaciones y la felicidad que experimento en mi día a día? Realmente el psicólogo cumple una función de acompañamiento profesional, alguien a quien poder consultarle las mejores herramientas y estrategias de afrontamiento para cualquier necesidad de tu vida, así como iniciar un proceso de autoconocimiento y crecimiento personal incluso cuando no te sientes del todo perdido o desmotivado.

¿En qué consiste exactamente una terapia psicológica?

Muchas veces es el miedo a lo desconocido lo que más nos frena… si no sabes qué es lo que ocurre una vez decides pedir una cita al psicólogo, te explicamos qué es lo que hacemos en nuestro caso:

  1. La primera sesión, y en ocasiones parte de la segunda, consiste en una toma de información. Es decir, vamos a registrar el motivo que te ha hecho acudir aquí, así como lo datos más relevantes que nos permitan conocer bien qué ha ocurrido y ponernos en tu piel.
  2. Con toda esa información diseñamos un plan de intervención, es decir, la terapia psicológica: determinamos cuáles serían los objetivos terapéuticos que vamos a trabajar y cómo o con qué estrategias trabajarlos. Te comunicaremos toda esta información para que en todo momento sepas qué estamos persiguiendo con el tratamiento.
  3. Una vez hecho esto, comienza propiamente la terapia: mediante estrategias y herramientas, actividades para casa y trabajo activo por parte de ambos, psicólogo y paciente avanzarán por esos objetivos terapéuticos obteniendo los resultados deseados, para pasar a distanciar cada vez más la terapia y dar el alta una vez el paciente ha adquirido las capacidades para enfrentarse a los acontecimientos de su vida con mejores herramientas.

La terapia te ayudará a entender todo lo que te estaba sucediendo, y a adquirir las habilidades o estrategias adecuadas para lidiar con las dificultades del día a día de una forma más saludable.

¿Qué aporta la terapia psicológica? Beneficios de ir al psicólogo:

  • Un espacio seguro donde expresarnos sin ser juzgados.
  • Aprender nuevas estrategias para afrontar las dificultades.
  • Mejorar habilidades sociales, la asertividad, la resolución de conflictos…
  • Sanar heridas y cambiar patrones o dinámicas dañinas.
  • Desarrollar tu propio crecimiento personal y autoconocimiento.
  • Mejorar tu autoestima, sentirte mejor contigo mismo y aceptarte tal como eres.
  • Mejorar tus relaciones y conseguir más calidad de vida.
  • Gestionar de una forma más adecuada las situaciones a las que te enfrentes.
  • Mejorar tu salud, mental pero también física.
  • Obtener una mayor satisfacción, bienestar y felicidad.

Ir a terapia es un acto de valentía, de amor propio y de autocuidado.

¿Cómo elegir a un buen psicólogo?

  • Que tenga las titulaciones y especialidades oficiales.
  • Que sientas feeling, cercanía y comodidad desde la primera sesión.
  • Que sientas que te escucha, anota los aspectos importantes que le comentas, empatiza
  • Pero que la terapia no se base en ir para desahogarte, el psicólogo debe escucharte pero para poder guiarte y enseñarte herramientas.
  • Que te proporcione estrategias activas para mejorar tus habilidades

Conclusión

Esperamos que este artículo te haya servido, y que hayamos podido aportar nuestro granito de arena a que afirmar “necesito buscar un psicólogo” no sea algo por lo que avergonzarte, al igual que no lo haces cuando decides buscar un fisioterapeuta o un dermatólogo. Es una decisión inteligente, natural, una expresión de autocuidado, y una determinación que va a cambiarte la vida a mejor.

Comparte esta información con aquellas personas que consideres que necesitan tomar consciencia de que algo no va del todo bien, permitiéndoles tomar consciencia y buscar la ayuda que realmente necesitan.

Estés pasando por lo que estés pasando, no tienes porque estar solo en esto. Estamos aquí para ayudarte y acompañarte en cada pequeño paso que debas dar. Podremos guiarte, apoyarte y ayudarte a mejorar y a solucionar los problemas a los que te enfrentas. Un psicólogo puede cambiarte la vida.

En ISANEP somos psicólogos especialistas en los principales síntomas de malestar emocional, infórmate sin compromiso si consideras que necesitas un profesional que te ayude y te enseñe las mejores estrategias para gestionar tu situación. Proporcionamos terapias individuales y personalizadas, ya sea de forma presencial como terapia online.

Si tienes alguna duda o inquietud sobre la terapia psicológica, no dudes en contactarnos. Puede informarte sin ningún tipo de compromiso.

¿Hablamos?

(Ángeles García-Donas González)

WhatsApp Pedir cita
Llámanos | Cita Previa